viernes, 30 de octubre de 2015

Don Juan Tenorio. Act. IV (José Zorrilla)

Que os hallabais
bajo mi amparo segura,
y el aura del campo pura
libre por fin respirabais.

¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.

¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?

Esta aura que vaga llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando al día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?

Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?

Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?

Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?

¡Oh! Sí, bellísima Inés
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.

viernes, 23 de octubre de 2015

Volverán las oscuras golondrinas. (Gustavo Adolfo Bécquer)

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres ,
esas...¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
esas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo, absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así... no te querrán!

viernes, 16 de octubre de 2015

Noches de bodas. (Joaquín Sabina)

Que el maquillaje no apague tu risa,
     que el equipaje no lastre tus alas,
          que el calendario no venga con prisas,
               que el diccionario detenga las balas,
                    que las persianas corrijan la aurora,
                         que gane el quiero la guerra del puedo,
                              que los que esperan no cuenten las horas,
                                   que los que matan se mueran de miedo.
 
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana.
 
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
 
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
 
Que las verdades no tengan complejos,                                  
que las mentiras parezcan mentira,                             
que no te den la razón los espejos,                        
que te aproveche mirar lo que miras,                   
que no se ocupe de ti el desamparo,              
que cada cena sea tu última cena,         
que ser valiente no salga tan caro,    
que ser cobarde no valga la pena.
  
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,    
que no te duerman con cuentos de hadas,          
que no te cierren el bar de la esquina.               
 
Que el corazón no se pase de moda,                        
que los otoños te doren la piel,                              
que cada noche sea noche de bodas,                                   
que no se ponga la luna de miel.                                        
 
Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

viernes, 9 de octubre de 2015

Me doy cuenta. (Edgar Pareja)

Me doy cuenta de que he repartido mi vida entre amores ligeros,
     amores baratos, amores vacíos, amores llenos de soledad.
 
Me doy cuenta de que mi tiempo ha sido mal invertido en
     amores de un atardecer, amores de una noche, amores de pocos besos.
 
Me doy cuenta de que necesito un amor del bueno,
     un amor que dure, un amor eterno, un amor de libros, un amor de cuentos.

viernes, 2 de octubre de 2015

Fiesta en un jardín. (Abu-l-Qasim Ben al-Saqqat)

A la sombra de aquel día giraban los deseos sobre nosotros como esferas
astronómicas de felicidad.

Lo pasamos en un jardín al que una nube, armada con el acerado sable del
relámpago, escanció la bebida de la madrugada.

El rojo vino nos dio como almohadas los macizos de murta, y parecíamos
reyes sobre el trono de los verdes boscajes.

La mano del amor nos ensartó para la alegría: nosotros éramos las perlas,
y los amores, los hilos.

Nos atacaban como lanzas los pechos de las doncellas, moviéndonos guerra,
y para defendernos no vestíamos otra cota que nuestras pieles de fanak.

Ante nosotros se destapaban caras deliciosas, que parecían lunas entre la
noche de las trenzas.