jueves, 31 de marzo de 2016

Cerrado por derribo. (Joaquín Sabina)

Este bálsamo no cura cicatrices,
esta rumbita no sabe enamorar,
este rosario de cuentas infelices
calla más de lo que dice
pero dice la verdad.

Este almacén de sábanas que no arden,
este teléfono sin contestador,
la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde…
esta forma tan cobarde
de no decirnos que no.

Este contigo, este sin ti tan amargo,
este reloj de arena del arenal,
esta huelga de besos, este letargo,
estos pantalones largos
para el viejo Peter Pan.

Esta cómoda sin braguitas de Zara,
el tour del Soho desde un rojo autobús,
estos ojos que no miden ni comparan
ni se olvidan de tu cara
ni se acuerdan de tu cruz.

No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir con Dios a los dos nos sobran los motivos.

Esta paya tan lejos de su gitano,
este penal del puerto sin vis a vis,
esta guerra civil, este mano a mano,
estos moros y cristianos,
este muro de Berlín.

Este virus que no muere ni nos mata,
esta amnesia en el cielo del paladar,
la limusina del polvo por Manhattan,
el invierno en mar del plata,
los versos del capitán.

Este hacerse mayor sin delicadeza,
esta espalda mojada de moscatel,
este valle de fábricas de tristeza,
esta espuma de certeza,
esta colmena sin miel.

Este borrón de sangre y de tinta china,
este baño sin Rimmel ni Nembutal,
estos huesos que vuelven de la oficina,
dentro de una gabardina
con manchas de soledad.

No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir con Dios a los dos nos sobran los motivos...

viernes, 25 de marzo de 2016

Cerca de las vías. (Fito Cabrales)

Hay días que parece 
que nunca se va a apagar el sol, 
y otros son más tristes
que una despedida en la estación.

Es igual que nuestra vida
que cuando todo va bien...
un día tuerces una esquina
y te tuerces tú también.

Esa telaraña
que cuelga en mi habitación
no la quito, no hace nada,
solo ocupa su rincón.

Yo he crecido cerca de las vías
y por eso sé,
que la tristeza y la alegría,
viajan en el mismo tren.
¿Quieres ver el mundo?
Mira, está debajo de tus pies.

Con el paso de los años
nada es como yo soñé.
Si no cierras bien los ojos,
muchas cosas no se ven.

No le tengo miedo al diablo,
¿no ves que no puedo arder?
No hay más fuego en el infierno
del que hay dentro de mi piel.

Todo lo malo y lo bueno
caben dentro de un papel.
¿Quieres ver el mundo?
Mira, está debajo de tus pies.

viernes, 18 de marzo de 2016

Nueces. (Coti Sorokin)

Él era solo un niño de trenes sin destino buscaba su camino y de repente  algo cambio su vida en la estación.

Allí estaba ella, única con pulseras, con flores en el pelo y la sonrisa comiéndole la cara en el vagón.

¿Cuantos días, cuántos meses, cuantos años esperando que la vida lave todo el desengaño? ¿Cuantos días, cuantas nueces? Veinte años separados no lograron apagar ese amor, ese amor, ese amor. 

Pero llegaron tiempos, oscuros y violentos en que toda la vida era un callejón que no tenía salidas solo de sol a sol.

Ella partió deprisa voló como una brisa huyendo de esos días y él lo comprendió por que estalló en pedazos su corazón.

¿Cuantos días, cuántos meses, cuantos años esperando que la vida lave todo el desengaño? ¿Cuantos días, cuantas nueces? Veinte años separados no lograron apagar ese amor, ese amor, ese amor. 

Pero un día se encontraron como trenes de ida y vuelta en el andén. Se abrazaron, se besaron y todo empezó de nuevo, otra vez.

¿Cuantos días, cuántos meses, cuantos años esperando que la vida lave todo el desengaño? ¿Cuantos días, cuantas nueces? Veinte años separados no lograron apagar ese amor, ese amor, ese amor. 

viernes, 11 de marzo de 2016

La tormenta. (Haruki Murakami)

Y una vez que la tormenta termine, no recordaras como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entro en ella. De eso se trata esta tormenta.

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer.

Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir cruzándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo....

Imagínate una tormenta como ésta.


viernes, 4 de marzo de 2016

¿Para qué? (Alex Sampedro)

¿Para qué me diste fuerza?
¿Para qué me diste voz?
¿Para qué diste tiempo?
¿Para qué un corazón?
¿Para qué creaste vida,
y me diste una canción?
¿Para qué me diste luna?
¿Para qué me diste sol?
¿Para qué me diste sol? 

¿Para qué vivir más años?
¿Para qué sentir pasión?
¿Para qué el mediterráneo?
¿Para qué mi habitación?
¿Para qué me rescataste? 
Y me diste tu perdón.
¿Para qué me diste luz?
¿Para qué me diste el sol?
¿Para qué me diste sol? 

Para adorar, 
para adorar, 
para mirar tus manos, 
separando el mar. 

Para adorar, 
para adorar, 
para subir al monte, 
y ver tu majestad. 

domingo, 28 de febrero de 2016

Andalucía. (José Luís Muñoz)

Pescadería y Chanca,
alto Almanzora.
Mónsul y Media luna...,
arena mora.
En tu bahía,
y en tu roja Alcazaba
sueño, Almería.

Carnavales de Cádiz...
sentir de azahar.
Jicarilla de plata
templada al mar.
Flores de mayo
aldabean tus campos
y tus caballos.

Tiene tu serranía
miel de romero.
Campaneo de fiesta
en tu sombrero.
Luz de alminares;
Córdoba y su mezquita
en mis cantares.

Generalife y Alhambra,
embrujos moros.
Entre el Darro y el Genil.
corren tus lloros.
Luce granada
de tomillos y nieve
Sierra Nevada.

Tierra llana, medialuna,
gitana bella.
De azófar el Río Tinto
pintó tu enseña.
Junto a tu parra,
Huelva, son de fandango,
eres guitarra.

Cimbra de San Lorenzo, 
trigos y olivos.
Guarda Sierra Morena
vientos cautivos.
Entre alfajores,
Jaén; jara y romero, 
viste de flores. 

San Pedro de Alcántara
sol y verdiales
Miramar y Alcazaba...,
sentimentales.
Málaga hermosa;
anhelos de sultana,
rumor de rosa.

Torre de oro y peineta,
blanca mantilla.
Regio, el Guadalquivir
cruza Sevilla.
La Macarena
a la Giralda enseña
su tez morena.

viernes, 26 de febrero de 2016

Carta de Vivi Ornitier.

Cada día, les hablaba de él.
Les contaba cuánto nos había ayudado y que nos había enseñado la importancia de vivir. No importa cuánto vive uno… sino cómo.
Eso lo aprendí de vosotros.
Me enseñasteis que la vida no tiene sentido si no nos ayudamos unos a otros.


Separarse no es algo triste, ¿verdad? Aunque estés lejos de alguien, puedes sentir su presencia en tu corazón. Es otra cosa que aprendí de vosotros….

Yo no sabía para qué había nacido, ni qué quería hacer con mi vida. Vosotros me ayudasteis a averiguarlo.
Vivir haciendo sólo lo que a uno le gusta es más difícil de lo que parece.

Os admiro porque siempre habéis sido fieles a vuestros propios sentimientos.

Lo único que no me enseñasteis es qué hacer cuando me siento solo…. Supongo que eso lo tiene que averiguar cada uno por su cuenta.

Me alegro tanto de haberos conocido. Me hubiera gustado vivir más aventuras con vosotros, pero… tarde o temprano habría llegado el momento de separarnos.

Gracias… a todos….
Adiós.
Mis recuerdos… me acompañarán en el camino.


viernes, 19 de febrero de 2016

Cuenta hasta diez. (Pablo Mora)

Si un día las luces se apagan,
si un día no sabes volver,
solo ves puertas cerradas,
y ya no recuerdas quién. 

Se despertó una mañana, 
te olvidaré, te olvidaré…. 
Bate con fuerza las alas,
todo irá bien, todo irá bien….

Cuenta hasta diez, pídele al sol 
que haya en el centro de tu vida 
alguien que traiga la luz hasta tu habitación
y no más miradas perdidas.

Cuenta hasta diez, pídele a Dios 
que no se acaben aún los días,
que cuando te vayas recuerdes 
que el mundo te dio, todo lo que querías.

Si un día las voces se callan, 
si un día no sabes que hacer, 
no te levantas por nada 
ni con un dedo en la sien.

Se despertó una mañana,
nunca lo haré, nunca lo haré….
Bate con fuerza las alas,
todo irá bien, todo irá bien….

Cuenta hasta diez, pídele al sol 
que haya en el aire que respiras 
alguien que traiga la luz hasta tu corazón 
y no más miradas perdidas.

Cuenta hasta diez, pídele a Dios 
que no se acaben hoy los días, 
que cuando te vayas recuerdes 
que el mundo te dio, todo lo que querías.

Todo lo que querías, 
como en esa canción: 
“la de que una vez paso, entre tú y yo”, 
solo siente la suerte adentro.

Cuenta hasta diez, pídele al sol 
que haya en el centro de tu vida 
alguien que traiga la luz hasta tu habitación
y no más miradas perdidas.

Cuenta hasta diez, pídele a Dios 
que no se acaben aún los días,
que cuando te vayas recuerdes 
que el mundo te dio, todo lo que querías.

Cuenta hasta diez, pídele al sol 
que haya en el aire que respiras 
alguien que traiga la luz hasta tu corazón 
y no más miradas perdidas.

Cuenta hasta diez, pídele a Dios 
que no se acaben aún los días,
que cuando te vayas recuerdes 
que el mundo te dio, todo lo que querías….

TODO LO QUE QUERÍAS.

viernes, 12 de febrero de 2016

Todo se transforma. (Jorge Drexler)

Tu beso se hizo calor, 
   luego el calor, movimiento, 
      luego gota de sudor 
         que se hizo vapor, luego viento 
            que en un rincón de La Rioja 
               movió el aspa de un molino 
                  mientras se pisaba el vino
                     que bebió tu boca roja. 

Tu boca roja en la mía, 
   la copa que gira en mi mano, 
      y mientras el vino caía 
         supe que de algún lejano 
            rincón de otra galaxia, 
               el amor que me darías, 
                  transformado, volvería 
                     un día a darte las gracias. 

Cada uno da lo que recibe 
   y luego recibe lo que da, 
      nada es más simple, 
         no hay otra norma: 
            nada se pierde, 
               todo se transforma. 

El vino que pagué yo, 
   con aquel euro italiano 
      que había estado en un vagón 
         antes de estar en mi mano, 
            y antes de eso en Torino, 
               y antes de Torino, en Prato, 
                  donde hicieron mi zapato 
                     sobre el que caería el vino. 

Zapato que en unas horas 
   buscaré bajo tu cama 
      con las luces de la aurora, 
         junto a tus sandalias planas 
            que compraste aquella vez 
               en Salvador de Bahía, 
                  donde a otro diste el amor 
                     que hoy yo te devolvería...... 

Cada uno da lo que recibe 
   y luego recibe lo que da, 
      nada es más simple, 
         no hay otra norma: 
            nada se pierde, 
               todo se transforma.

viernes, 5 de febrero de 2016

Hay amores que nacen. (Juan Carlos Aragón Becerra)

Hay amores que nacen en primavera,
hay amores que estallan en carnavales,
hay amores malditos pero inmortales
y malditos amores que ojalá no hubieran.

Y amores que se mueren y resucitan
que lo mismo cautivan que te desatan
y si es verdad que hay amores que matan
seguro no habrá nunca muerte más bonita.

Pero hasta los amores
ya se van con estos tiempos
y estos tiempos que saben de amores
que son más fuertes que el viento.

O será que los tiempos de ahora
han tenido la suerte de fabricar sin dolores
amores más blandos y vientos que soplan más fuerte.
Por lo menos, ya la muerte no será de un mal de amores.

Pero el tiempo más grande que hay
es el del amor, si es amor infinito
y yo que lo tengo no lo cambio
ni por otro amor ni por un continente.

No lo cambio porque en este mundo
no hay nada más puro que pueda encontrar
y aunque a veces me haga ser esclavo
tampoco lo cambio por mi libertad.

Si la muerte, tiene que llegarme un día
a Dios le pido que me llegue entre sus brazos
que si muero por amor
me sobrará la otra vida.

viernes, 29 de enero de 2016

We'll meet again. (Vera Lynn)

Nos volveremos a ver,
no sé dónde,
no sé cuándo
pero sé que nos volveremos a ver,
cierto día soleado.

Continúa sonriendo todo el tiempo,
como siempre lo has hecho,
hasta que el cielo azul
se lleve las oscuras nubes, muy lejos.

Podrías por favor saludar
a la gente que conozco
diles que no tardaré (no tardaré...).

Les encantará saber
que mientras me veías partir
yo cantaba esta canción.

Nos volveremos a ver
no sé dónde,
no sé cuándo
pero sé que nos volveremos a ver,
cierto día soleado.

Continúa sonriendo todo el tiempo,
como siempre lo has hecho,
hasta que el cielo azul
se lleve las oscuras nubes, muy lejos.

Podrías por favor saludar
a la gente que conozco
diles que no tardaré (no tardaré).

Les encantará saber
que mientras me veías partir
yo cantaba esta canción.

Nos volveremos a ver
no sé dónde,
no sé cuándo
pero sé que nos volveremos a ver,
cierto día soleado.

Continúa sonriendo todo el tiempo,
como siempre lo has hecho...
como siempre lo has hecho....
.
.
.
.


martes, 26 de enero de 2016

7 Frases IV.

Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.
Pablo Neruda.

No era sólo que a sus ojos se asomaran tantos mundos...era cómo me invitaban a entrar.
Audrey Kawasaki.

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. 
Gabriel García Márquez.

Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo.
Julio Cortázar.

Pon tu mano sobre una estufa caliente durante un minuto y te parecerá una hora. Siéntate junto a una persona que te resulte atractiva durante una hora y te parecerá un minuto. Eso, es la relatividad.
Albert Einstein.

Llorar de amor, de hastío, de alegría... Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliverio Girondo.

Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida. 
Pablo Neruda.

miércoles, 20 de enero de 2016

20 de enero con rosas para tí. (Pablo Benegas y Xabi San Martín)

Pensé que era un buen momento,
por fin se hacía realidad,
tanto oír hablar de tu silencio,
dicen que te arrastra como el mar.

Llené de libros mi maleta,
también de fotos tuyas de antes.
Dibujé tu sonrisa junto a la mía,
me dormí con tu abrigo en el sofá.

Quiero estar a tu lado,
quiero mirarte y sentir,
quiero perderme esperando,
yo quiero quererte o morir....

Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida,
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.

Cogí un tren que no dormía

y vi tu cara en un cristal,
Era un reflejo del sol de mediodía,
era un poema de amor, para viajar.

Quiero estar a tu lado
quiero mirarte y sentir,
quiero perderme esperando,
yo quiero quererte o morir....

Te perdí
y no te perderé
nunca más te dejare.
Te busque, muy lejos de aquí
y te encontré pensando en mí.

Y en el momento que vi tu mirada buscando mi cara
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida,
y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.

En un día de estos en que suelo pensar:
“hoy va a ser el día menos pensado”,
nos hemos cruzado, has decidido mirar,
a los ojitos azules que ahora van a tu lado.

Desde el momento en el que te conocí,
resumiendo con prisas, tiempo de silencio,
te juro que a nadie le he vuelto a decir
que tenemos el récord del mundo en querernos.

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.

Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice: "quieta, hoy quizás sí...."

Escapando una noche de un bostezo de sol
me pediste que te diera un beso,
con lo baratos que salen mi amor,
qué te cuesta callarme con uno de esos.

Pasaron seis meses y me dijiste adiós,
un placer coincidir en esta vida.
Allí me quedé, en una mano el corazón,
y en la otra excusas que ni tú entendías.

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.

Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice: "quieta, hoy quizás sí...."

Y es que empiezo a pensar
que el amor verdadero es tan sólo el primero.
y es que empiezo a sospechar
que los demás son sólo para olvidar.

Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.

Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice: "quieta, hoy quizás sí... quizás sí."

viernes, 15 de enero de 2016

Desde que lo estamos dejando. (Daniel Marco Varela)

He vivido alguna vez lo que está pasando y sé que resucitaré cuando tengo un rato.
 
Es normal creer que estoy mintiendo no me lo he tomado mal, pero escucha lo que estás diciendo, yo he dejado de escuchar.
 
Me he caído con un pie y sigo mejorando, y sé que la próxima vez cambiaré de bando.  Nadie se merece un monumento, creo que no hay marcha atrás, al final siempre es el mismo cuento, al final siempre es el final....
 
Y cuantos besos me he perdido desde que nos estamos dejando.
Juro que no estoy arrepentido pero tú no lo tienes tan claro.
 
Entre tanto no seré yo el que tenga el mando, me conformo con ser muy de cuando en cuando. Esta
vez soy yo el que va perdiendo. No conviene sufrir más.
Es una adicción, es un infierno, el no parar de temblar.
 
Dime cuantos besos me he perdido desde que nos estamos dejando.
Juro que no estoy arrepentido  pero tú no lo tienes tan claro.
He vivido alguna vez lo que está pasando….

lunes, 11 de enero de 2016

Tu recuerdo y yo. (José Alfredo Jiménez)

Estoy en el rincón de una cantina
oyendo una canción que yo pedí,
me están sirviendo ahorita mi tequila
ya va mi pensamiento rumbo a ti.

Yo sé que tu recuerdo es
mi desgracia, y vengo aquí nomás a recordar,
que amarga son las cosas que nos pasan
cuando hay una mujer que paga mal.

Quien no sabe en esta vida la traición
tan conocida que nos deja
un mal amor.

Quien no llega a la cantina
exigiendo su tequila y exigiendo
su canción, me están sirviendo ya la
del estribo ahorita ya no sé si tengo fe.

Ahorita solamente
yo les pido que toquen
otra vez la que se fue.

Quien no sabe en esta vida la traición
tan conocida que nos deja
un mal amor.

Quien no llega a la cantina
exigiendo su tequila y exigiendo
su canción, me están sirviendo ya la
del estribo ahorita ya no sé si tengo fe.

Ahorita solamente
yo les pido que toquen
otra vez la que se fue.

miércoles, 6 de enero de 2016

The other Wise Man. Resumido. (Henry van Dyke)

Artabán es cetrino de piel, de mirada acuciosa y luengas barbas que emboscan su edad, en torno a la treintena. Vive como un anacoreta en las cuevas del monte Ushita, donde se dedica a desentrañar los oráculos de Zoroastro, que anuncian a un Socorredor que hará "la vida radiante, inmortal y eternamente próspera".

Un día cualquiera llegan hasta su cueva emisarios de Melchor, Gaspar y Baltasar, que le advierten del descubrimiento de una estrella que anuncia el nacimiento de ese ansiado Socorredor y lo citan en la ciudad de Borsippa. Antes de partir, Artabán elige cuidadosamente las ofrendas que depositará a los pies del Socorredor: un diamante de Méroe, que repele los golpes del hierro y neutraliza los venenos; un jaspe de Chipre, que estimula el don de la oratoria; y un rubí de las Sirtes, cuyo fulgor disipa las tinieblas del espíritu.

Artabán espolea su caballo y cabalga sin descanso hasta que, a las afueras de Borsippa, pero en su camino se tropieza con un hombre agonizante y desnudo. Se trata de un comerciante que ha sido desvalijado por unos ladrones y después golpeado sin piedad. Artabán lava con vino sus heridas y entablilla sus huesos quebrados. Cuando el viajero le confiesa que los ladrones lo han despojado de todos sus caudales, Artabán se apiada de él y le regala el diamante de Méroe que reservaba para el Socorredor.

Cuando Artabán llega a Barsippa, un posadero le entrega una carta de Melchor, Gaspar y Baltasar:
"Te hemos esperado en vano.
 No podemos dilatar más nuestro viaje.
 Síguenos a través de desierto.
Que la estrella te guíe".

Artabán azuza su caballo hasta reventarlo; cuando se queda sin montura, prosigue el camino a pie entre tormentas de arena. Aunque las huellas de la comitiva de Melchor, Gaspar y Baltasar se han borrado, no extravía su rumbo, gracias al resplandor insomne de una estrella que ilumina su camino.

Cuando, andrajoso y famélico, llega a Belén, Artabán no encuentra señal alguna de los magos; en su lugar, se topa con la crueldad desatada de Herodes, que ha ordenado a los soldados de su guardia el exterminio de los varones recién nacidos.

Se abalanza sobre uno de ellos, que se dispone a hundir su espada en la garganta de un niño que aún no ha aprendido a llorar, y le ofrece el rubí de las Sirtes, que guardaba para el Socorredor, a cambio de la vida del niño.

Un capitán de Herodes sorprende la transacción y ordena que apresen a Artabán y lo envíen a Jerusalén, donde será aherrojado en una mazmorra de palacio durante décadas, ignorado por sus carceleros, hasta convertirse en un gurruño arrugado y ciego.

 En medio de las tinieblas de su encierro, llega a escuchar rumores sobre un Galileo que sana a los enfermos y alivia los corazones atribulados. Confusamente, intuye que ese Galileo debe de ser el Socorredor que un día remoto quiso honrar con sus regalos.

Muchos años más tarde, Artabán es liberado, seguramente porque sus carceleros prefieren no tener que enterrar su carroña. Se tambalea por las calles de Jerusalén como un resucitado, con los ojos quemados por el sol.

Una riada de gentes se dirige al Gólgota, para presenciar la crucifixión de un profeta que ha osado blasfemar contra Dios, según el veredicto del Sanedrín. Artabán se deja arrastrar por la multitud, pero se detiene a recuperar el resuello en una plaza en la que se está subastando como esclava a una muchacha de cabellos de fuego. Hondamente conmovido, Artabán escarba entre sus andrajos y rescata el jaspe de Chipre que ha logrado conservar durante tantos años de cautiverio, con el que compra la libertad de la muchacha, que besa sus arrugas y sus ojos yermos.

De repente, la tierra tiembla y el velo del templo se rasga y los sepulcros se abren y una falla se traga a Artabán, que antes de morir aún acierta a vislumbrar la figura de un hombre llagado y resplandeciente; su voz desciende sobre él como un bálsamo:

-Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, enfermo estuve y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste.

Artabán perplejo y desmemoriado susurra a la extraña figura sin que sus labios se muevan.

-¿Cuándo hice yo esas cosas? -la muerte ya estrangula su hálito cuando el hombre llagado y resplandeciente vuelve a susurrarle.

-Cuanto hiciste por mis hermanos, lo has hecho por mí.

Y Artabán murió en los brazos del Socorredor anunciado por Zoroastro, naciendo para una existencia radiante, inmortal y eternamente próspera.

Que los magos de Oriente (con Artabán al frente) les traigan la paz, el calor y el amor que tanto anhelamos.

sábado, 2 de enero de 2016

7 Frases III. 96 años atrás.

La violencia es el último recurso del incompetente.

Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien.

Vale la pena ser obvio, especialmente si eres famoso por tu sutileza.

Para triunfar, el solo planteamiento es insuficiente. También se debe improvisar.

Solamente una mentira que no esté avergonzada de sí misma puede tener posibilidades de éxito.

Una pistola atómica puede disparar en dos direcciones.
Isaac Asimov en boca de
Salvor Hardin en Fundación.

Las tres leyes de la robótica son:
  1. Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.
Isaac Asimov en Runaround.

viernes, 1 de enero de 2016

El primero de enero. (Joaquín Sabina)

El primero de enero, tararí,
será tan gris como un jueves cualquiera,
sin Drácula escalando el Pirulí,
ni marcianos cruzando la frontera.
 
Más de lo mismo bajo el cielo añil,
cronos en su fugaz trono vacío,
la anoréxica luna giligil
no exportará vacunas contra el frío.
 
Llenaré otro galpón municipal
y esperaré el diluvio universal
viendo crecer el bosque por la acera.
 
El primero de enero (del dos mil),
aunque siga muriéndome por ti,
me iré con la primera que me quiera.