lunes, 23 de octubre de 2017

El recuerdo. (José Luis Figuereo Franco)

Y dice que a menudo
se le ve mirando un cuadro
que le cuelga en la pared.

Y dice que se levanta muy cansado.
Dice que el tiempo lo ha maltratado
que el sol da vida a su pelito plateado.

Y dice que tiene ganas de recordar el pasado
que muchas veces hace soñar.
Amargo ahora es su despertar.

Dice que apenas existen bajeras
y que se prefiere américa a las habichuelas.
Que no hay telera ni mantequita colorá.

Dice que el hambre es demoníaco,
el pelearte con un mes para unos zapatos
el acostarte pronto que viene Baltasar…

Amargo,
amargo es su despertar
Recuerdos de gente pobre y humildad.

Que se pintaba con cal la casa, 
un caballo de carton, una muñeca de trapo
cambiar en el cole un boli por estampas,
soñar despierto por un beso enamorado.

Dice que el sereno de la calle
no está pendiente a quien entra o a quien sale,
y que ya, los vientos no secan la ropa moja.

Dice que se hacia en un lebrillo
unos pestiños que comían los chiquillos
y que al de los dulces le ha tocado el gordo de navidad.

Amargo,
amargo es su despertar.
Recuerdo de tiempos pobres y humildad.

Hablo de un plato de sopa de tomate,
de esas macetas de geranios con lunares 
y él del almendro tampoco vuelve a casa por Navidad.

Ser el inocente de una broma,


compra maíz, tener una foto con palomas,
dejar fiado lo que no te llega para comprar…

Amargo,
amargo son sus despertar.
Recuerdo de tiempos pobres y humildad.

Recuerdos…
recuerdos  que te hacen soñar