lunes, 12 de febrero de 2024

Sabina en las venas. (Aaron Sáez Escolano y Antonio Isidro Hernández Banegas)


Vivíamos en el bloque 3, de una calle sin futuro.
Ella era de Cibeles y yo, más de rezarle a Neptuno,
dormíamos en un colchón, de cuerpo y medio más uno,
quinientas noches fuimos dos, algunas tardes ninguno.

Y aunque yo llevaba un traje gris debajo de la gabardina
vivíamos sin prisa con las canciones viejas de Sabina.

Noches de boda en Madrid, cuando yo, mi, me, contigo
y en un hotel, dulce hotel, nunca llegaba el domingo...
y donde habita el olvido hay dolor, donde había verbenas,
teníamos un pacto tú y yo y a Sabina en las venas.

De Chamberí hasta Lavapiés, princesa de las oficinas
y si amanece por fin yo la miraba escondidas.
Pegados en un ascensor que subió al último cielo
hacía Tiramisú de Limón y no existían los celos.

Y aunque fuera peor para el sol y nos juráramos en Arameo
ningún vecino decidió llamar a los bomberos.

Peligro de incendio en Madrid, cuando yo, mi, me, contigo
y en un hotel dulce hotel, nunca llegaba el domingo...
y donde habita el olvido hay dolor, donde había verbenas,
teníamos un pacto tú y yo y a Sabina en las venas.

Noches de boda en Madrid, cuando yo, mi, me, contigo
y en un hotel, dulce hotel, nunca llegaba el domingo...
y donde habita el olvido hay dolor, donde había verbenas,
teníamos un pacto tú y yo y a Sabina en las venas.

Peligro de incendio en Madrid, cuando yo, mi, me, contigo
y en un hotel, dulce hotel, nunca llegaba el domingo...
y donde habita el olvido hay dolor, donde había verbenas,
teníamos un pacto tú y yo....
Teníamos un pacto tú y yo....

Teníamos un pacto tú y yo y a Sabina en las venas.


Han pasado 75 años de aquel sábado perdido 
en aquel apartado lugar tan lejos de tu Madrid soñada.

Bodas de brillantes hoy celebras, con la vida que dabas por perdida.
Maestro de experiencias, de días largos, sigues escribiendo versos y sigan cantando tus labios.


Felicidades Sabina.